Marcela fue una mujer portuguesa que vivió allá entre el final de los años 1800 y principios de los años 1900, una mujer de carácter humilde y de vida sencilla. Marcela conoció a Antonio un hombre español que había enviudado y fruto de ese matrimonio con su difunta esposa tuvo dos hijas y un hijo.
Cuando Marcela y Antonio se casaron los hijos de Antonio ya eran mayorcitos, al poco tiempo Marcela quedó en estado y al cabo de unos meses tuvo un hijo al que llamó Ricardo, unos años mas tarde volvió a quedar en estado y tuvo a otro varón al que llamo Julián.
Ella era feliz en su matrimonio, criando a sus hijos y también encargándose de los tres hijos de su esposo.... pero.... al poco Antonio falleció por enfermedad dejando así a Marcela viuda y al cargo de sus dos hijos, de los hijos de Antonio, de la casa e incluso saliendo a trabajar desde bien temprano en las eras de trigo y deslomandose para sacar a sus hijos adelante....
Para colmo de males los hijos de Antonio no le hacían la vida fácil a esta mujer de carácter humilde... por lo que de algún modo se aprovechaban de ella, la vida de Marcela se convirtió en un baño de lagrimas, amargura, tristeza, desasosiego y enfermedad.... ni siquiera los hijos de Antonio la permitían visitar a sus padres en Portugal.... (permitidme que en esta parte de la historia exprese unas palabras para referirme a los hijos de Antonio.... eso no eran hijos....eran tres arpias!!)
Los últimos años de Marcela fueron tremendamente tristes, dolorosos y me imagino como mujer que soy que Marcela se sentiría tremendamente desgraciada y perdida....años de soledad y profunda melancolía.
Marcela murió dejando a dos preciosos hijos que años mas tarde se convertirían en Ferroviario (Julián) y Paleógrafo y catedrático en la universidad (Ricardo)
Conocer la historia de Marcela me inspiró a dedicarle unas letras en mi blog y me pregunto a mí misma....¿cuántas Marcelas seguirán habiendo en nuestros días gritando en su interior ser libres y sintiéndose solas y afligidas...?
Esta es la historia de Marcela, aquella portuguesa de vida sencilla y humilde, Marcela, la buena de Marcela aquella mujer cuyo retrato me trae a la cabeza recuerdos.... ese retrato que tantas veces he visto en cierta casa de cierto lugar al que cada año yo asistía.... Marcela, mi bisabuela.
Marta R.
Marcela
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