Comencé a empujar en cada contracción y así estuve como unas dos horas, mi niña se resistía a salir al mundo (claro, ahí adentro estaba la mar de bien, jeje) el caso es que llegó un momento en que tuvieron que hacerme una última prueba que consistía en sacar un poquito de sangre de la cabecita de mi niña y así lo hicieron.
Los resultados fueron al instante, la pequeñita recibía poco oxigeno así que rápidamente los ginecólogos tomaron la decisión de llevarme a la sala de cirugía, iban a realizarme la cesárea in extremis, desde la sala de dilatación hasta la sala de operaciones había un paseíto pero fuimos tan tan rápido que apenas me percate de lo que había alrededor.
Una vez en la sala de operaciones, volvieron a inyectarme mas anestesia, me pasaron a otra camilla y mientras preparaban todo un enfermero de unos 60 años se me acerco, y me acariciaba la cabeza y la cara explicándome lo que me iban a realizar, tranquilizándome y diciéndome que todo iba a ir bien, desde aquí y sabiendo que quizá esto no lo lea nunca quiero agradecerle a ese enfermero esas palabras de cariño y sosiego. Mil gracias por ser tan atentos.
La operación comenzó y lo cierto es que no sentía nada de nada, ni como me abrieron, ni cuando sacaron a mi niña ni siquiera cuando me cerraron y me graparon.
Pero amigos/as, ese momento en el que por primera vez escuche a mi niña gemir y toser fue ...... wow! no tengo palabras para describirlo.... no podía verla, pero si escucharla, de repente los ojos se me llenaron de lagrimas.... estaba escuchando a ese ser tan pequeñito que había llevado durante nueve meses en mis entrañas... Di las gracias a Dios pues todo había ido bien y sobre todo por mi niña, por poder escucharla.... las lagrimas recorrían mis mejillas.... al cabo de unos minutos se me acercó la enfermera con mi niña en brazos, no me lo podía creer! mi hija! mi descendencia! parte de mi.... me acerco a la niña a mi cara, pude besarla, mirarla, era preciosa! a los pocos segundos se la llevaron, necesitaba oxigeno.
Los ginecólogos siguieron con la operación, en este caso para sacar la placenta y cerrarme.... realmente no sentí nada cuando me cosían. Solo daba las gracias a Dios. No podía parar de pensar en mi niña, en como estaría ella, en lo extraña que era esa nueva sensación de convertirte en madre primeriza.
Una vez que finalizo la operación me llevaron a otra sala, la de descanso, allí estuve como una hora, sentía tanto frio.... el enfermero me tapó con una manta y me pusieron aire caliente. Mi cuerpo temblaba, mis piernas empezaban a despertar de la anestesia, podía mover uno de mis pies con algo de dificultad pero podía hacerlo.
Tras esa hora, me llevaron por fin a mi habitación, la numero 233, allí en la soledad y la calma de mi habitación me quede dormida.... estaba tan cansada....
Unas horas después entraron algunas enfermeras para ver como me encontraba y al cabo de una hora mas, trajeron a mi niña a la habitación, la abrace, la bese, no me cansaba de observarla, sus manitas, su carita, sus piernecitas, su preciosa boquita, su naricita, era increíble!!
Mi familia llegó al poco tiempo, lagrimas de emoción, abrazos, palabras llenas de cariño....
La ginecóloga que me atendió en el parto apareció para ver como iba todo, le di las gracias por cuanto había hecho. Siempre la recordare como esa chica rubia, de pelo largo y tremendamente profesional. Desde mi blog, nuevamente gracias.
En el hospital pase 6 días, en los que aprendí a dar el pecho a mi hija ( por cierto, experiencia tremendamente dolorosa los primeros días), aprendí a cambiar sus pañales, a abrazarla cuando llora, a comprender sus necesidades, a ser mamá....
Os aseguro que esos 6 días se me hicieron tremendamente largos cuando estas entre cuatro paredes, postrada en una cama, apenas sin poderte mover y dando pequeños paseítos por el pasillo de maternidad con cuidado de que no te salte ninguna grapa.
Desde aquí mi apoyo incondicional a aquellas personas que pasan largo tiempo en el hospital, es muy duro, mucho.
A los 6 días nos dieron el alta a mi niña y a mí y por fin pudimos volver a casa, que alegría estar en un ambiente familiar, con tu sofá, tu cama, tu cocina, tu todo....
Ya han pasado tres meses desde que nació mi pequeña y doy gracias a Dios por tan gran bendición y regalo, mi niña es preciosa, observadora y cuando sonríe se ilumina todo, ya pesa 6 kg y 500 gr, cada vez esta mas grande, hace burbujitas con su preciosa boquita y todo aquel/aquella que la ve se acaba enamorando de ella, de esos ojazos, de esa sonrisa, es tan linda....
Por cierto, desde aquí, muchas gracias a todos/as los que me habéis regalado ropita, toallitas, pañales, juguetes, zapatitos, etc... para ella, me ha venido todo fenomenal :)
Bueno, pues aquí acabo por fin mi experiencia del embarazo y el parto, lo cierto es que ha merecido la pena a pesar de esos meses llenos de nauseas, vómitos, mal estar y el temido día del parto y los dolores insoportables de las contracciones.... pero cuando me despierto por las mañanas y veo la carita de mi niña sé que ha valido la pena, que ya nada volverá a ser como antes pero que esta nueva etapa de mi vida la voy a disfrutar como una enana.
Me despido ya de esta sección de mi blog no sin antes acordarme de esas mujeres que pronto vais a ser mamás por primera vez, es duro pero de verdad que es una bendición, mucho animo!
Hasta la próxima entrada, de parte de esta amiga.
Las flores que me regalaron durante mi estancia en el hospital.
Una tarjetita de felicitación.
Mi niña, jejeje, disculpar pero así guardo su privacidad.
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