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lunes, 27 de julio de 2015

VIAJE A JAPÓN (PARTE II)

Todo comenzó justo el día en que salimos de casa para tomar un tren Alaris en la estación de Renfe de Castellón con destino a Barna, precisamente recuerdo que tanto mi padre como mi hermano se acercaron a la estación para despedirse de nosotros, justo ahí es dónde comienza esta aventura ¡estáis locos!... decía mi padre... jejeje... ná (solo un poquito)

Tomamos dicho tren que tardó como unas tres horas en llegar a Barcelona, tened en cuenta que dependiendo del tren que tomeís así tardaréis, así que, si cogéis un regional tardaréis mucho más.

Pasadas las tres horas llegamos a nuestro destino, la estación Sants (Barcelona), recuerdo la cantidad de gente que había por allí... muy parecida en cuanto a gentío a la estación de Atocha en Madrid.

Allí mismo teníamos que coger un tren de cercanías con destino al aeropuerto del Prat (para tomar este tren no hace falta que gastéis dinero en comprar un billete, ya que si os acercáis a la máquina de billetes de cercanías y metéis un codigo especial que trae el billete de larga distancia dicho billete os saldrá gratis, si tenéis dudas preguntar al interventor)

Así que ni cortos ni perezosos tomamos el tren de cercanías con destino al aeropuerto y más concretamente a la terminal 1.

Cuando llegamos, nos dedicamos a buscar la parada de uno de los micro buses (Shuttle Bus) del Hotel FrontAir Congress que habiamos reservado para pasar esa noche (ya que al día siguiente nos dariamos un buen madrugón para coger el avión con destino a Holanda) fué algo complicado encontrarlo pero al final dimos con él.

Nos llevaron al Hotel e hicimos el check in (registro de entrada) subimos a la habitación que estaba muy limpita y acogedora y como ya era casí la hora de cenar decidimos bajar al restaurante bar y pedir algo de cena, yo tome un sadwinch club vegetal y una naranjada ( mi última cena en España)

Una vez terminada la cena, subimos de vuelta a la habitación para ya disponernos a descansar e intentar dormir (a pesar de los nervios) no sin antes leer algunas páginas de uno de los libros que me llevé para el viaje y tomarme una pastillita de melatonina (del herbolario) que ayuda a descansar (aunque como soy tan dormilona no me es necesario jejejeje ;)-  )

Y mientras yo soñaba con aviones, maletas y aeropuertos.... pasaron las horas y sonó el despertador del móvil (menuda gracia!!!) a las 4:30 de la madrugada.....y las calles a esas horas no están puestas!!!!

Así que nos levantamos, yo me dí la última ducha, desayunamos y bajamos al Hall del hotel para hacer el check out (registro de salida) y esperar con nuestras maletas al Shuttle Bus que nos llevaría al aeropuerto.

Y así fué, llegamos al aeropuerto y teniendo en cuenta lo tempranísimo que era, ya estaba abarrotado de gente por todas partes.... fuimós a buscar la máquina de billetes electrónicos para sacar los nuestros con rumbo a Holanda y no sabéis la cantidad de gente que como nosotros estaba haciendo cola para sacarlos y solamente había un operario que se ve que no tenía muchas ganas de trabajar porque a pesar de que la gente se hacía mucho lío para sacar los billetes, él pasaba de absolutamente todo (que cara!!!) bueno pues llegó nuestro turno para sacarlos y no sé como lo hicimos que en vez de sacarlo para sentarnos juntos lo sacamos y a cada uno le tocó en diferentes asientos ....

Justo después fuimos a facturar nuestras maletas y el operario que había (muy catalán él) nos empezó a preguntar cosas tales como.... ¿a qué vaís a Japón? ¿Son ustedes pareja? ¿cuántos días pretenden estar?  y cosas así (qué pesaito!!!) acabó deseandonos suerte.... y nos fuimos a buscar la puerta de embarque con destino a Amterdam no sin antes pasar por los controles policiales pertinentes donde tienes que poner todo lo que llevas en una bandejita azul y pasarlo por la máquina de escaner y si te pita te cachean y sino pues sigues tu camino.

Esperamos unas dos horas en la puerta de embarque y por fín llamaron a todos los pasajeros y subimos al avión (la compañía era KLM) y a que no sabéis que? los únicos pasajeros españoles eramos nosotros y una familia de abuelos, papis y dos niños que como nosotros iban a visitar Japón (muy antipáticos por cierto, eran catalanes.... jeje) Los demás eran japos, holandeses, ingleses.... y españoles :)

A mi lado se sentó una chica japonesa de unos treinta años y una niña y lo curioso no es que se sentaran a mi lado.... sino que nada más sentarse y abrocharse el cinturon, ambas se quedaron fritas!!! zzzz (qué suerte poder dormir en cualquier lugar.... yo no puedo!)

El avión empezó a moverse y el piloto dió por megafonía la bienvenida a los pasajeros en tres idiomas, Inglés, holandés y japonés ( y que pasa con el español???? grrrrr) y al cabo de unos minutos emprendió el vuelo ( es la peor parte y es cuando desearias dormir como la japonesa de al lado...jejeje)

Una vez ya en el aire y trás haber pasado unos minutos(interminables) ahí arriba, las azafatas tan monísimas ellas, tan rubias, tan altotas, con esos ojos azules y con esos uniformes azul marino y su pañuelito del mismo color atado al cuello iban pasando con esos carritos y ofreciendo esos sandwiches prefabricados de pavo y algo para beber.

Y es ahí justo cuando tienes que pedir un zumo de manzana en Inglés y te vienen a la cabeza todas esas clases de la escuela de idiomas que disté durante tantos años y simplemente esperas que dé sus frutos el hecho de haber asistido ( y todo eso para pedir un vaso con zumo de manzana ehh, vaya tela!)

Pasadas las casí tres horas de vuelo, llegamos por fín a Amsterdam, desembarcamos y fuimos a buscar la siguiente puerta de embarque con destino a Narita no sin antes volver a pasar más controles policiales, como no sabíamos muy bien dónde teníamos que ir fuimos detrás de unos japos  que seguro que ellos si que sabían donde estaba la dichosa puerta de embarque a Japón y efectivamente así fué....( yo a eso lo llamo un apaño a la española, jejejeje)

En uno de los paneles de salidas de aviones nos dimos cuenta que nuestro avión se retrasaría, así que tuvimos tiempo suficiente para ir a ver las tiendas duty free, comprar algo para picar, mandar wassaps ( o como se escriba) y esperar hasta que por fín llamaron para embarcar, la sala se llenó de japos y ahí tenéis a esta madrileña salerosa esperando a subir a ese avión que parecía una lata de conservas.

Bueno gente en breve escribiré la siguiente entrega de estas aventurillas niponas, seguid atentos!!






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